Después vimos un partido de baloncesto, pero no era un partido cualquiera, porque todos los jugadores iban en sillas de ruedas! Madre mía cómo corrían!
Entonces un compi dijo "¿y si no veo? si no veo qué hago?"Uf, eso sí que es difícil.
Y nos fuimos al salón. Allí nos esperaban algunos maestros, que nos habían preparado unos juegos, a ver si entendíamos estas cosas un poco mejor. Hicimos unas pruebas súperdifíciles. En una, que estaba el maestro Manolo, teníamos que saltar con una pierna sólo. En otra, con el maestro Álvaro,teníamos que encestar una pelota, pero con la otra mano!. No dábamos ni una! Mira, mira:
Con la seño Paloma teníamos que meter las manos en una bolsa y adivinar qué era, pero sólo tocando eh?
Después, Manolo nos enseñó a decir más cosas con las manos, buenos días, buenas tardes. Y a adivinar qué eran las cosas que oíamos.
Cada vez que hacíamos una prueba, nos ponía el sello en nuestro pasaporte.
Ahora ya sé que toooooooooooooodo/as podemos hacer muuuuuuuchas cosas, aunque las hagamos de manera diferente. Y también sé que hay una cosa que a todos los niño/as del mundo mundial nos gusta: que nos quieran mucho, mucho, mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario