DÍA DEL MAESTRO

 ¡Buenos días a todo/as!

Esta semana se celebraba el día del maestro/a. Este día no se celebra con largos discursos, ni manifestaciones, ni grandes felicitaciones. Los maestro/as ya lo sabemos. Es nuestro trabajo y punto. Y, realmente, tampoco lo necesitamos, porque diariamente recibimos el mayor regalo que se nos puede dar y ese, ese viene de nuestros niño/as. Cuando los problemas nos rodean, las malas situaciones, y de esas tenemos muchas últimamente, nos desaniman, el papeleo nos agobia y un largo etcétera que todos podremos rellenar, algo ocurre de pronto, sin esperarlo, que hasta puede pasar desapercibido, pero no, ahí está: esa niña que nos saluda con una amplia sonrisa, ese niño que grita asombrado porque ha conseguido  trazar el número que no le salía, ese otro que ayuda a su amigo con la cazadora (y te dice: ¡seño, es que es mi amigo!), la que te pregunta ¿seño qué te pasa?, o el que recuerda ese juego de otro año y te pide que juguemos de nuevo. Y así, un sin fin de momentos, que me hacen sentir que vivo asistiendo a un largo, profundo y maravilloso discurso que sólo está dirigido a mí.

Pues esta semana se produjo en la clase lo que para mí ha sido un maravillosísimo discurso, inesperado, como suelen ser los mejores momentos, que me emocionó profundamente y que, aunque no desde el principio, pude grabar y hoy quiero compartirlo con vosotros.  Os pongo en situación: como no podemos continuar con el servicio de préstamo de la biblioteca, periódicamente me llevo varios libros a la clase y los voy leyendo, dejándolos en la biblioteca del aula y, tras un tiempo, los pongo en cuarentena antes de devolverlos a la biblioteca del cole. La semana pasada, les leí uno (como tantas veces) y lo puse en la biblioteca del aula. Pues bien, cuando nos tocó de nuevo el grupo de libros en el que se encontraba "ese" libro, una niña lo cogió y se lo "leyó" a sus compis. Lo hizo fantásticamente bien. Tanto, que le dimos un gran aplauso. Es una situación que recoge un montón de aprendizajes que trabajamos en el colegio: atención, escucha, motivación, lectura, fantasía, expresión oral, compañerismo, postura corporal, emociones... 

Así que gracias, gracias a todos mis niños y niñas por regalarme momentos maravillosos.

La seño Alicia.